Muchos se preguntarán qué le ha ocurrido a esta página que ya hace casi medio año que no recibe ninguna actualización. No ha sido mi intención abandonar este entrañable proyecto, pero me temo que han surgido algunos asuntos que me han mantenido apartados de este reducto de libertad.
No me gusta contar mis problemas personales, pero creo que en esta ocasión es necesario: como algunos sabrán, en más de una ocasión este blog ha recibido reproches e incluso insultos en los comentarios que amablemente yo y otros patriotas hemos rebatido educadamente sin ninguna censura. Pero de alguna forma que desconozco, varias personas (por llamarlas de alguna forma) consiguieron el número de teléfono de mi casa y se han dedicado a llamarme, insultarme y amenazarme por lo que se escribía en este blog.
Aunque el detonante por el que he tenido que hasta cambiar de número de teléfono ocurrió una noche cuando escuché a mi pequeño Jose Antonio responder al teléfono de casa y comprobar con la sangre helada cómo el chiquillo se echaba a llorar por las atrocidades que le proferían estos animales. ¿Cómo puede alguien insultar telefónicamente a un niño? ¡Cobardes, miserables!
No es que tenga miedo a las amenazas de esos que se auto proclaman liberales y demócratas, pero he creído oportuno tomarme un tiempo de reflexión.
Espero con el apoyo de todos ustedes retomar pronto este blog y seguir adelante, anunciando a los cuatro vientos la grandeza, costumbres y valores de este país y de todos los españoles de bien que día a día luchamos para volver a situarlo en el lugar que se merece.
¡Arriba España!